Rey Juan Carlos

Don Juan Carlos se ha convertido en baluarte único de la democracia en nuestro país. Dialogante, cercano, enérgico, afable y respetado por todos, los españoles ven al Rey como símbolo inequívoco de unidad.

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La abdicación del Rey Juan Carlos

Aunque parezca extraño que el monarca de un país nazca más allá de las fronteras de ese país, tal es el caso de don Juan Carlos. Nació en Roma, en el año 1938. Los revueltos años veinte concluyeron en 1931 con la proclamación de la II República. Alfonso XIII y su familia vivieron en el exilio y aunque nuestro monarca nació italiano su formación fue fundamentalmente española. No en vano, a los tres años se había convertido en heredero de la Casa Real española cuando su abuelo, Alfonso XIII, abdicó en su padre, don Juan. Con 10 años, don Juan Carlos pisó por vez primera España. Llegaba de Portugal. En 1954 terminó el bachillerato en el Instituto San Isidro, de Madrid, y desde 1955 inició estudios en las Academias y Escuelas Militares de los tres Ejércitos. A la formación militar siguió la académica en la Universidad Complutense, donde cursó estudios de Derecho Político e Internacional, Economía y Hacienda Pública.

El 8 de junio de 1961, don Juan Carlos asistió en Londres a la boda de los duques de Kent. Allí coincidió con la princesa Sofía de Grecia, hija de los reyes Pablo I y Federica. Pocos meses más tarde, en septiembre, don Juan Carlos pidió la mano de Sofía de Grecia al rey Pablo, en Lausana, en la residencia de la reina Victoria Eugenia.

A Atenas llegaron aires de boda el 14 de mayo de 1962. Su amor pronto dio frutos. La infanta Elena, la primogénita, nació en Madrid el 20 de diciembre de 1963. Doña Cristina vino a ampliar la Familia Real el 13 de junio de 1965, y dos años y medio más tarde veía la luz el príncipe heredero, Felipe de Borbón.

Mientras la familia crecía, la situación política española se hacía más y más compleja. Sin embargo, la determinación y saber hacer del Rey lograron que se produjera una pacífica transición hacia la democracia. Uno de los momentos más emotivos y determinantes fue cuando fue proclamado Rey de España. Ocurría dos días después de la muerte del general Franco y eran múltiples las cuestiones que quedaban por resolver, pero el Rey se convirtió en el principal artífice de la reforma política y democratización del país. Otro hito en este camino fue la renuncia, el 14 de mayo de 1977, de don Juan a la Corona a favor de su hijo. Padre e hijo se fundieron en un abrazo que significaba que ambos anteponían sus intereses al bien de su país.

Durante sus más de 30 años de reinado, don Juan Carlos ha casado a sus tres hijos. La primera boda en la que don Juan Carlos se convirtió en padrino fue en la de su hija la infanta Elena con Jaime de Marichalar, hijo de los condes de Ripalda, el 18 de marzo de 1995 en la catedral de Sevilla. Un enlace que llegó a su fin el 13 de noviembre de 2007, cuando la Casa Real anunció mediante un comunicado el "cese temporal de su convivencia matrimonial" entre los Duques de Lugo. La segunda boda fue la de su segunda hija, la infanta Cristina, quien dio el 'sí quiero' a Iñaki Urdangarín el 4 de octubre en la Catedral de Barcelona. La tercera boda, y con toda seguridad la más esperada por los ciudadanos, fue la del príncipe Felipe, que contrajo matrimonio con la periodista Letizia Ortiz Rocasolano el 22 de mayo de 2004 en la catedral de la Almudena en Madrid.

Abuelo de ocho nietos, don Juan Carlos es un gran amante del esquí y de la vela, unos deportes que se ha visto obligado a abandonar según ha ido cumpliendo años. El 8 de mayo de 2010 le fue extirpado un nódulo en el pulmón en el Hospital Clínico de Barcelona. Casi un año después y con fecha programa, el monarca se sometió a una operación de rodilla como consecuencia de antiguas lesiones producidas en prácticas deportivas y que le dificultaban su actividad física habitual. En septiembre de ese mismo año y en la clínica San José de Madrid, la misma en la que fue intervenido de la rodilla, el Rey fue operado de una lesión en el tendón de Aquiles de su pie izquierdo.

Tras recuperarse en tiempo récord de todas ellas y sin tener ninguna operación más programada, el 14 de abril de 2012 el soberano sufría una fatal caída en la que se rompía la cadera durante un viaje privado para cazar elefantes en Botsuana que hizo que su imagen se viera dañada. Un vez recuperado y en el momento de abandonar el centro hospitalario el Rey se disculpó públicamente por los hechos, envueltos aún más en la polémica por la situación económica del país. Una disculpa sin precedentes desde que comenzara su reinado y que ya forma parte de la historia.

Siete meses más tarde, el monarca volvía a pasar por el quirófano para serle implantada una prótesis en la cadera izquierda para resolver los problemas de desgaste que sufría la articulación como consecuencia de la artrosis. Al año siguiente, el 3 de marzo de 2013, el Rey era operado de una hernia discal y comenzó después un proceso de rehabilitación que le mantuvo alejado de la actividad oficial durante siete semanas. En su vocación de servicio a los españoles, el Rey fue asumiendo poco a poco su agenda oficial con la ayuda de muletas durante sus primeros meses de convalecencia. Pero seis meses después su salid volvió a resentirse y en esta ocasión fue su cadera la que le generó ciertos problemas. El 24 de septiembre de 2013, el Monarca es operado de su cadera izquierda en el Hospital Universitario Quirón de Pozuelo de Alarcón, Madrid, en una intervención dirigida por el doctor Miguel Cabanela. El 21 de noviembre de 2013, el monarca es operado de nuevo de su cadera izquierda, para sustituir la prótesis provisional implantada en la anterior intervención por una definitiva.



Su hijo, don Felipe fue asumiendo gran parte de su agenda, mientras que el soberano se centraba en su recuperación, sin descuidar ninguna de sus labores desde su despacho. El 24 de diciembre de 2013 y como siempre en esta fechas, don Juan Carlos volvía a ponerse delante de las cámaras para pronunciar su tradicional mensaje navideño en donde volvió a defender la unidad de España en momentos de crisis. Don Juan Carlos afirmaba que asumía las exigencias sociales de ejemplaridad e invitó a los líderes políticos, empresariales, sociales e intelectuales a superar diferencias para recuperar la confianza, aunque nada hacía presagiar que el 2014 sería el año de su abdicación.



El 5 de enero de 2014, el Rey cumplía 76 años y días después recuperaba su ritmo de trabajo ayudado con unas muletas y con  buen aspecto, recibiendo en Palacio de la Zarzuela al Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos. Lento pero seguro y sin perder su habitual sentido del humor, don Juan Carlos retomaba el 12 de febrero su agenda de viajes oficiales, acompañado por la Reina y ponía rumbo a Lisboa para asistir a la clausura del IX Encuentro Cotec Europa.

El 23 de marzo de 2014, don Juan Carlos recibía un duro golpe, la muerte de su amigo, Adolfo Suárez, al que definió como un "amigo leal". Muy emocionado, el Rey se ponía ante las cámaras para enviar un emotivo mensaje en donde señalaba: "Mi gratitud hacia Suárez es honda es permanente y mi dolor es grande". El Rey, que encontró en Suárez una figura clave en la democracia española, ha alabó el "alto sentido del patriotismo" de un político que "dio lo mejor de sí mismo y trabajó sin descanso para lograr la recuperación de nuestro país a nivel internacional". "Adolfo Suárez fue un hombre de Estado, un hombre q puso por delante de los intereses personales y del partido los de la nación española", afirmó el Soberano.



El 28 de abril, el Rey acompañado por la reina Sofía viajaba hasta el Vaticano para mantener una audiencia con el papa Francisco a quien saludaban por primera vez. Los Reyes y el papa Francisco hablaron durante su reunión de casi una hora acerca de los aspectos sociales del paro juvenil, de la situación en España y en el resto del mundo, así como del conflicto en Ucrania. La audiencia, que tuvo una duración extraordinaria de 53 minutos, se desarrolló en español y discurrió en un ambiente de cordialidad.



El 2 de junio y tras haber realizado su último viaje como Soberano a Lisboa para presenciar la final de la Champions que enfrentaba al Real Madrid y al Atlético de Madrid, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy convocaba  con premura a los medios de comunicación para anunciar el deseo de don Juan Carlos de renunciar al trono en favor de su hijo, el Príncipe de Asturias. El Presidente del Gobierno anunció, en declaración institucional, extraordinaria y convocada con urgencia, la decisión del Rey Juan Carlos I de abdicar y transmitir de conformidad con lo previsto en el artículo 57, 1º y 2º de la Constitución la Jefatura del Estado a su hijo, el príncipe Felipe, que reinará como Felipe VI de España.



El Presidente no dudó en elogiar la labor de don Juan Carlos como "un defensor infatigable de nuestros intereses, garantía de convivencia y de paz", e indicó que el proceso de abdicación se desarrollará "en un contexto de estabilidad institucional y como prueba de la madurez de nuestra democracia".

Durante su reinado, don Juan Carlos ha sabido ganarse el afecto de todos sus conciudadanos: no sólo por la manera que tuvo de enfrentarse a los problemas sino, también, por la cercanía que transmitió y sigue transmitiendo en todos y cada uno de sus apariciones públicas.