La final del mundial de hockey sobre césped se celebró el fin de semana pasado en La Haya, evento en el que se enfrentaron las selecciones masculinas de Holanda y Australia. Mimetizados con el público que fue a alentar a su equipo se encontraba la familia real. Y es que los reyes Guillermo Alejandro y Máxima, acompañados por sus hijas, se hicieron presentes en el evento y disfrutaron de un lindo día familiar lleno de deporte. Fue evidente que ganas de animar a sus jugadores no les faltaba ya que ingresaron al estadio súper preparados: prendas de color naranja, banderines, un collar de flores que parecían de papel, y hasta un palo de hockey llevaba Amalia, la heredera al trono.
Al igual que el resto del público, se les puedo ver a los cinco celebrando cada uno de los aciertos de su equipo y hasta gritaron y saltaron festejando el primer gol holandés. Luego, la emoción se convirtió en decepción cuando el seleccionado australiano torció el encuentro logrando la victoria por 6-1 y revalidando el título de campeones del mundo. Los rostros de las tres niñas expresaron el desazón de todo el público, que horas antes había acudido al estadio lleno de ilusiones. Más allá del resultado, se pudo ver el lado más paternal de los reyes de Holanda, quienes siempre estuvieron pendientes y atentos de sus tres niñas.
Como ya nos tienen acostumbrados, la familia real se mostró natural y espontánea al atender con alegría y amabilidad a cada una de las personas que se acercaron a saludarlos. De hecho, la reina Máxima, que acudió al evento con un vestido largo azul oscuro y un collar de color madera de la firma danesa Monies, no tuvo inconveniente alguno en sacarse una fotografía “selfie”, tan de moda hoy en día, con una espectadora.
El día anterior la selección femenina contó con más suerte y pudo celebrar su victoria imponiéndose con un 2-0 a Australia. Un éxito por el que los Reyes no dejaron de felicitar a las jugadoras a través de las redes sociales escribiendo: “Felicidades de todo corazón a las jugadoras holandesas por el campeonato del mundo, ¡qué gran hazaña!”.
Al igual que el resto del público, se les puedo ver a los cinco celebrando cada uno de los aciertos de su equipo y hasta gritaron y saltaron festejando el primer gol holandés. Luego, la emoción se convirtió en decepción cuando el seleccionado australiano torció el encuentro logrando la victoria por 6-1 y revalidando el título de campeones del mundo. Los rostros de las tres niñas expresaron el desazón de todo el público, que horas antes había acudido al estadio lleno de ilusiones. Más allá del resultado, se pudo ver el lado más paternal de los reyes de Holanda, quienes siempre estuvieron pendientes y atentos de sus tres niñas.
Como ya nos tienen acostumbrados, la familia real se mostró natural y espontánea al atender con alegría y amabilidad a cada una de las personas que se acercaron a saludarlos. De hecho, la reina Máxima, que acudió al evento con un vestido largo azul oscuro y un collar de color madera de la firma danesa Monies, no tuvo inconveniente alguno en sacarse una fotografía “selfie”, tan de moda hoy en día, con una espectadora.
El día anterior la selección femenina contó con más suerte y pudo celebrar su victoria imponiéndose con un 2-0 a Australia. Un éxito por el que los Reyes no dejaron de felicitar a las jugadoras a través de las redes sociales escribiendo: “Felicidades de todo corazón a las jugadoras holandesas por el campeonato del mundo, ¡qué gran hazaña!”.