Ambas son de gran tamaño, con asas largas y color azul rey y comparten funcionalidad. Una corresponde a la colección masculina de Primavera 2017 de Balenciaga, mientras que la otra es la afamada Frakta de Ikea. La primera tiene un precio de $2,145 y está confeccionada en piel y la segunda cuesta $1 y está hecha de polipropileno. 

Su parecido no es coincidencia es obra del director creativo de la firma Balenciaga, Demna Gvasalia, que desde hace un par de años se caracteriza por identificar íconos de la cultura popular para luego reinterpretarlos y convertirlos en objetos de lujo.

De hecho, el año pasado lanzó un bolso de $2,140 inspirado en las bolsas de Mercado tailandés que se volvió viral por su interpretación. También lo hizo con unas playeras de la marca Vetements que mostraban el logotipo de DHL y costaban $300.

¿Qué es lo que compras funcionalidad y diseño o lujo?

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