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Bienestar

Todo lo que debes saber sobre la exposición controlada al frío

Descubre los beneficios y precauciones de esta práctica que es cada vez más popular

Sumergirse en una tina con hielo ha ganado popularidad en los últimos años debido a sus beneficios para la salud. Sin embargo, es crucial entender que esta práctica se debe de hacer de manera responsable y bajo la supervisión de un instructor certificado en el método para obtener resultados positivos y evitar riesgos para la salud.

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¿Cuáles son los beneficios de la exposición controlada al frío?

Los beneficios de la exposición controlada al frío son muchos y abarcan diferentes aspectos de nuestro bienestar. Siempre y cuando se realice adecuadamente, podemos experimentar una reducción significativa de la inflamación corporal, una regulación hormonal más eficiente, disminución de estrés, regulación del metabolismo, una mejoría en los síntomas de ansiedad y depresión, un fortalecimiento del sistema inmunológico, aumento de los niveles de energía, la activación de la grasa parda y una aceleración en la recuperación muscular.

Lo que debes evitar al entrar en contacto en una tina con hielo

Es esencial conocer las precauciones necesarias al sumergirse en una tina con hielo. Toma en cuenta que esta práctica no es para personas con problemas cardiovasculares y que si se lleva a cabo sin la preparación adecuada o sin la orientación de un instructor certificado, pueden surgir riesgos para nuestra salud.

Para reducir los riesgos, debes evitar hiperventilarte dentro del agua, respetar los tiempos y temperaturas establecidos en los protocolos, regular la temperatura corporal después de salir de la tina, y prevenir someter al cuerpo a un estrés excesivo.

¡Inhala y exhala!

La respiración desempeña un papel fundamental en la práctica de la exposición al frío. Según Begoña García, experta en el método y fundadora del Club de Hielo en México, la respiración es esencial para poder sostenernos en la incomodidad que sentimos al estar en una tina con hielo.

A través de la respiración, podemos modular la respuesta simpática del cuerpo (la respuesta de estrés) y llevarla a un estado parasimpático. Esto nos permite alcanzar la relajación y mantenernos en la incomodidad de la experiencia.

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El Club del Hielo es el único espacio en México que ha logrado crear una comunidad alrededor de la práctica de exposición al frío.

Inmersión en hielo: Tú tienes el control

“No se trata de eliminar el estrés de nuestras vidas, sino de entrenar a nuestro cuerpo y mente para manejarlo de manera efectiva”, dice Begoña. Al someternos voluntariamente a este estresor, activamos la respuesta de estrés mientras mantenemos el control de nuestro cuerpo y respiración. De esta forma, enseñamos a nuestra mente y cuerpo a mantener el enfoque y la atención sostenida ante situaciones de mucho estrés.

Además, aprendemos que ante condiciones inhóspitas para nuestro cuerpo, como lo es sumergirnos en una tina con hielo, se puede controlar la respiración en lugar de entrar en pánico. Asimismo, se le enseña al cuerpo a regularse rápidamente después de experimentar tanto estrés, lo que puede resultar útil en situaciones angustiantes de la vida cotidiana.

Exposición controlada al frío: Así puedes practicarlo en casa

Si deseas realizar estas prácticas en casa, es importante considerar algunas medidas de seguridad. Primero, debes identificar tu temperatura corporal y controlar la del agua, no excederte en los tres minutos de exposición, haber descansado bien la noche anterior, no realizar la práctica en ayunas si se tienen niveles bajos de glucosa, y dedicarle el tiempo a la regulación de tu temperatura después de la inmersión.

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¿Cuáles son algunos mitos?

Según Begoña, en cuanto a los mitos, hay tres que destacan. El primero es la percepción errónea de que la práctica de exposición al frío se limita a “entrar a una tina con hielo”. En realidad, no se trata solo de la exposición al frío, sino también de los ejercicios de respiración y de la intención que tengas, los cuales son elementos fundamentales para obtener beneficios significativos.

El segundo mito es pensar que no hay una base científica sólida detrás de esta práctica. La forma en que nos exponemos al frío, cómo enfrentamos el estrés con atención y presencia, y la adquisición de información y herramientas a través de la guía de un instructor certificado, marcan la diferencia en los efectos que podemos experimentar. De ahí que uno de los lemas del Club de Hielo sea “Ice Baths Done Right” (baños de hielo bien hechos). Si vamos a hacer algo, hagámoslo bien.

El tercero, es que no se trata de aguantar o de durar más tiempo dentro de una tina con hielo, a pesar de la percepción equivocada que algunas personas tienen al respecto. Más tiempo no significa más beneficios. De hecho, si sobrepasamos el umbral de estrés de nuestro cuerpo expuesto al frío, en lugar de fortalecernos, nos cansamos y perdemos los beneficios.

“En el Club del Hielo, la idea de aguantar está prohibida. Nuestros miembros aprenden a escuchar a sus cuerpos y encontrar su propio límite de estrés beneficioso. Aprenden a aceptar el frío en lugar de aguantarlo. Enseñamos y entrenamos a la mente a aceptar aquello sobre lo que no tenemos control y no podemos cambiar” dice Begoña.

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