Lo que empezó como una severa inflamación, terminó siendo cáncer en el ovario. Al inicio, sus médicos pensaban que se trataba de un padecimiento gastrointestinal, hasta que, después de una colonoscopía, detectaron que tenía líquido epitelial, síntoma del cáncer.
Tras una cirugía y ocho sesiones de quimioterapia, Rebecca se recuperó y ahora está más feliz que nunca haciendo lo que le apasiona: la actuación.