Siluetas sirena y volúmenes acinturados al más puro estilo años cincuenta. El desfile de
Carlos Haro en la Cibeles Madrid Novias 2010 ha inundado la pasarela madrileña de
reminiscencias vintage, con claras referencias al universo y la imaginería de las aves. Desde los maxi-tocados en tonos plata envejecida, que simulaban las alas desplegadas de un halcón, hasta las fantasías estampadas, los jirones de organza deshilachada simulando plumas, o el estallido de tul plisado asomando bajo el corpiño de uno de los vestidos más aplaudidos como si de un pájaro escapando de su jaula se tratase, el desfile ha inundado la segunda jornada de la pasarela de modelos que irradiaban luz propia. La
pedrería, una vez más, ha tenido mucho que ver: en esta ocasión en forma de
broches y hebillas de forma cuadrada o estrella, tachonados de cristales, que fijaban los vestidos y volúmenes plisados. Volantes clavel, faldas helecho, bordados de madreperla, efecto rejilla… Todo un lujo a la altura del auténtico espíritu
Haute Couture nupcial.
Más colorista ha sido la propuesta de
MáSS by Matilde Cano: bajo el nombre de ‘Caleidoscopio’, sus
vestidos de fiesta, plagados de exóticos colores, van
desde el corto a la rodilla hasta el largo de noche, buscando siempre las siluetas fluidas y sin armar, con contrastes de color casi circenses. Tostados y azules adquieren nuevas luces y matices gracias a los complementos, como los
divertidos zapatos en morado, naranja y verde, o las sandalias de talón descubierto en amarillo, rosa y azul, o las
pulseras de cuentas de cristal.
Flecos y pañuelos se sujetan gracias a enormes
broches-joya de infinitos colores, aunque han sido, sin duda,
sus creaciones más serenas, en fucsia, negro, malva y azul,
las más sorprendentes, gracias a los cinturones con incrustaciones, que se ciñen a la cintura afinando la silueta.