La princesa Aiko, hija única del príncipe heredero al trono japonés, Naruhito, y su esposa, Masako, se encuentra en plena recuperación tras haber sufrido algunos problemas de salud que la llevaron guardar reposo, tal y como ha informado la Agencia de la Casa Imperial nipona.
La joven de 14 años de edad no asiste al colegio desde hace un mes cuando su médico se lo indicó debido a fatiga y disminución de su fuerza física. Aunque su condición "mejora poco a poco", incluida su falta de apetito, la Princesa continúa sin poder mantenerse en pie de forma estable, según informaciones de la agencia imperial recogidas por los medios locales. A pesar de que se estima que su recuperación "podría llevar todavía más tiempo", la princesa Aiko estudia, lee libros y escucha música cuando se siente bien y hasta dio un paseo por el jardín su residencia en la capital japonesa el lunes pasado, además de haber mostrado ganas de regresar al colegio, según reveló la Agencia.
La joven Princesa, quien el próximo 1 de diciembre cumplirá 15 años, cursa de secundaria en su escuela femenina de Gakushuin en Tokio pero desde el 26 de septiembre pasado se encuentra descansando en su casa, donde está siendo acompañada de su madre, quien canceló un viaje a la prefectura de Iwate (nordeste) la semana pasada para ir a cuidarla. Recordemos que ésta no es la primera vez que la princesa Masako deja de lado sus obligaciones para acudir al cuidado de su hija. Así fue en 2010 y 2011 cuando la esposa del príncipe Naruhito tuvo que acompañar personalmente durante bastante tiempo a la princesa Aiko a clase después de que a la niña le afectara el "comportamiento brusco" de algunos compañeros.
Por otro lado, la princesa Masako se ha visto afectada desde hace más de una década por una depresión que la ha hecho reducir notablemente sus apariciones públicas y compromisos oficiales. Popularmente conocida como la princesa triste, de a poco, Masako va venciendo la tristeza e incorporándose a una vida social más activa donde se la ha comenzado a ver sonreír. Recordemos que fue en 2014 cuando la Princesa acompañó a su esposo una cena de gala con motivo de la visita oficial a Japón de los reyes Guillermo y Máxima de Holanda, algo que no ocurría desde hacía once años.