La dura realidad que afrontan los refugiados es un tema de preocupación para Rania de Jordania, quien el lunes pasado visitó un campo de acogida de la isla griega Lesbos para ser testigo del horror y la miseria que esos inmigrantes están viviendo. Sensibilizada ante la situación, la Soberana se mostró dispuesta a escuchar los testimonios de algunas de las familias sirias, además de hablar ante la gente destacando lo importante que es brindar una mano a quienes más lo necesitan.
La reina Rania no escatimó a la hora de regalar gestos de cariño hacia los más pequeños. Con miradas cargadas de dolor y caricias en las cabecitas de los niños, la Soberana demostró su apoyo y preocupación hacia los refugiados, quienes abandonaron sus hogares como último recurso ante la difícil situación en Siria. “Escuchando las historias y conociendo a muchos de los refugiados, pienso que es realmente imposible entender la magnitud de esta crisis hasta que no te enfrentas cara a cara con ella. Es muy difícil para mí decidir qué historia es más angustiosa que la otra, ya que cada una es en sí misma una tragedia", expresó la Reina en su discurso.
Además, Rania de Jordania recordó que el drama de los refugiados es un problema que "afecta a personas, no a fronteras", lo que la llevó a destacar la “amabilidad y empatía” con la que los griegos abrieron sus corazones y hogares para acoger a los sirios que llegaron a Grecia en busca de seguridad. Sin olvidarse en destacar la importante labor de diferentes organizaciones humanitarias, la soberana expresó la suerte que había tenido de ver “en primera mano el increíble trabajo” que realiza el International Rescue Committee para ayudar a los refugiados a tener mejores condiciones de vida. "Ésta es una crisis excepcional y requiere una respuesta excepcional", dijo la reina Rania consciente de que la dura realidad de muchas personas puede cambiar con la ayuda de todos.