La princesa Charlene de Mónaco presidió la ceremonia anual del Día de Santa Devota

Elegante y con estilo, la monarca acompañó a su esposo durante la tradicional quema de la nave

La princesa Cherlene de Mónaco presidió con gran ánimo la celebración anual del Día de Santa Devota (St. Devote’s Day), junto a su esposo, el príncipe Alberto. La monarca, que celebró su cumpleaños 38 el pasado lunes, lució feliz, elegante y vistió muy chic durante la tradicional ceremonia que recuerda a la Santa patrona del principado.

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La princesa Charlene de Mónaco presidió la ceremonia anual del Día de Santa DevotaVER GALERÍA Cherlene de Mónaco luce chic en cada una de sus presentaciones públicas. Foto: Getty Images

Como regularmente ocurre, la pareja caminó a través de la multitud que se había reunido ya afuera de la iglesia. Una vez en el sitio donde se realizaría la tradición que comenzó durante el reinado del príncipe Louis II, en 1942, estrecharon las manos de las personas que los acompañaron durante los honores.

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La madre de los príncipes Jacques y Gabriella, lució chic durante el evento en el que ayudó en la histórica quema de la nave. Se cubrió con un poncho beige –que combinó con unas botas del mismo tono-, vistió una vestido gris hasta las rodillas, guantes y su habitual labial rojo. Además, durante el evento se mostró cariñosa con su esposo, ya que lo tomó del brazo en varias ocasiones mientras estaban rodeados de personas.

La princesa Charlene de Mónaco presidió la ceremonia anual del Día de Santa DevotaVER GALERÍA La princesa Charlene se mostró cariñosa con el príncipe Alberto a lo largo de la ceremonia. Foto: Getty Images

La leyenda dice que Santa Devota fue martirizada en Córcega por el gobernador de la isla que la persiguió por sus creencias, luego de morir su cuerpo fue quemado, pero un grupo de cristianos lo rescataron y lo llevaron en una lancha a África con el fin de darle sepultura, pero una tormenta los sorprendió en el camino. Todos lograron salvarse gracias a que de la mujer salió una paloma blanca que los guió hasta el sitio donde se erigió el principado.

Este fue el primer evento de alto perfil desde que se reunieran con el Papa Francisco a principios del año. La audiencia privada en el Palacio Apostólico duró aproximadamente 20 minutos, pero sirvió para estrechar los lazos entre el Vaticano y Mónaco. Los monarcas intercambiaron presentes con el Sumo pontífice; de hecho, éste envió un par de juguetes para los pequeños príncipes que no acompañaron a sus padres a la sede de la Iglesia Católica.

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