El protocolo fue respetado en todo momento

Todo sobre la emotiva visita de Charlene y Alberto de Mónaco al Papa

Sólo un reducido número de reinas y princesas cuentan con el privilegio de vestir de blanco en presencia del Papa y la princesa de Mónaco lo ostenta

La princesa Charlene de Mónaco vistió un elegante atuendo en blanco durante la reunión con el Papa Francisco a la que acompañó a su esposo, el príncipe Alberto. La monarca se apegó a la tradición al seguir la regla “privilège du blanc” –con la que se le permite vestir de blanco durante una audiencia con el líder de la Iglesia Católica.

Son pocas las reinas y princesas católicas que tienen el privilegio de vestir de blanco en presencia del Papa y Charlene es una de ellas –las reinas Letizia y Sofía de España, además de Matilde de Bélgica, también poseen el mismo derecho.

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Todo sobre la emotiva visita de Charlene y Alberto de Mónaco al PapaVER GALERÍA La audiencia privada entre los príncipes Charlene y Alberto de Mónaco con el Papa Francisco duró 20 minutos. Foto: Getty Images

El atuendo que llevó en esta ocasión al Vaticano estaba conformado por un vestido, un abrigo y un velo de encaje para cubrir su cabello, todo en color blanco. Además, completó su indumentaria usando unos guantes blancos, zapatos de tacón beiges y un clutch. Todo ello hizo contrastar el labial en tono rubí que decidió aplicar a sus labios como parte de su maquillaje (fue la única licencia permitida).

Para comenzar la audiencia privada (que duró 20 minutos) en el Palacio Apostólico, la princesa de 37 años, tomó la mano del Santo Padre e hizo una reverencia. Luego, ella y su esposo intercambiaron algunos regalos con el Papa Francisco en presencia de ambas comitivas.

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Todo sobre la emotiva visita de Charlene y Alberto de Mónaco al PapaVER GALERÍA La princesa Charlene mostró el mayor respeto por la persona de Francisco. Foto: Getty Images

Alberto y Charlene le entregaron una copia de la encíclica “Laudato Si” de una edición especial producida en el Principado. “Creo que la conoce”, comentó el príncipe al Pontífice, a lo que éste respondió con una sonrisa y diciendo: “Me parece que ya la he leído”. Francisco les obsequió la medalla de San Martín de Tours, la imagen de la ayuda a los pobres; además, añadió una muñeca y un peluche para los mellizos –que no acompañaron a sus padres durante la visita-, prometiendo rezar especialmente por ellos.

Según se explica en una nota del Vaticano, durante la reunión en donde fueron tocados temas relacionados con el cuidado al medioambiente, la ayuda humanitaria y el desarrollo de los pueblos: “se han subrayado as buenas relaciones bilaterales existentes y se ha constatado la aportación histórica de la Iglesia Católica a la vida del Principado”.

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