Irina Shayk, una novia 'ice white' para Pronovias

Delante de dos mil invitados, vestidos como si acudiesen personalmente a la boda de cada una de las 46 novias que pasaron ayer por la pasrela del pabellón Italiano de Montjuïc, en Barcelona, las ideas de Pronovias para vestir a las mujeres que se casen en 2017 pusieron el broche final a la Barcelona Bridal Fashion Week, convirtiendo la pasarela en un hervidero de influencers, supermodelos, celebs y sobre todo muchas, muchísmas tendencias.

Al frente de todos ellos, la gran estrella de la noche, la supermodelo rusa Irina Shayk, musa de Hervé Moreau, el director creativo de la firma que recogió el testigo de Manuel Mota, y que ha conseguido mantener el listón alto en la increíble transformación de Pronovias; en pocos años, la firma ha conseguido convertirse en una de las marcas de vestidos de novia más importantes, sino la más importante, de todo el mundo, con boutiques en las principales vías comerciales de las capitales de la moda y desfiles como el de ayer: con filas y filas de invitados VIP, un casting de lujo al que también se sumaron cuatro Ángeles de Victoria’s Secret (Romee Strijd, Cindy Bruna, Jac Jagaciak y Kate Grigorieva) y una posterior fiesta privada en uno de los hoteles con vistas al Mediterráneo de la ciudad. Pronovias cerraba así una semana de presentaciones nupciales que ha dejado pocas tendencias en el tintero.

Entre las celebs que se dejaron caer por el front-row: Amaia Salamanca y Chiara Ferragni, la que fue la primera it-bride de Pronovias, además de Whitney Port, otra de las it-girls neoyorquinas que forma parte del nuevo 'ejército' de digital influencers fichado por Pronovias. También Carmen Jordá y Dafne Fernández, Fiona Ferrer, Katherine Schwarzenegger o una embarazadísima Malena Costa.

NAVEGA POR LA GALERÍA DE IMÁGENES PARA VER, VESTIDO A VESTIDO, LA NUEVA COLECCIÓN DE PRONOVIAS © Ugo Camera

'LE CIEL'

El concepto de la colección: “Le Ciel se caracteriza principalmente por los vestidos de silueta minimalista, trabajados con bordados y apliques de pedrería, que le confieren a los diseños luz propia, consiguiendo que las novias brillen como estrellas”, explicaba Hervé Moreau en el ensayo, horas antes al desfile.

La colección se inspira en la magia de una noche estrellada (de ahí su nombre), y se aleja mucho de lo que vimos hace exactamente un año durante la presentación de Pronovias 2016: de aquellos vestidos cubiertos íntegramente de encaje, con notas de fondo de color nude y tostado (la primera vez que la firma se salía de los márgenes del blanco), no queda nada, y la tendencia que domina ahora es la de la novia 100% minimal, con una primera sección de vestidos de líneas puras hiper definidas, con los mismos cuellos cerrados que hemos visto en otros desfiles, faldas con aberturas, manga larga y destellos de pedrería bordados en torno al cuello, en el pecho o en los hombros.

Vestido minimalista en ice white, con corte de línea 'A', cuello barco y sin mangas.

La colección anterior de Pronovias fue una de las que más usó el encaje ilusión de toda la temporada: muchas otras firmas siguieron su estela, aunque este año, hemo visto, se llevan las transparencias algo más consistentes, con bordados tatuados sobre mallas de tul con algo de color. Esta técnica funciona especialmente bien con los vestidos de corte twenties, de los años 20, así como con las siluetas sirena. El año que viene también serán tendencia los cuellos t-shirt y el mao.

Los materiales: nobles, como el encaje y el chantilly, además del crepé, el tafetán y el chiffon, que aportan frescura y movimiento a los vestidos.

Además de las líneas minimalistas y los vestidos con aperturas (dos de los tres diseños que lució Irina Shayk fueron de este tipo, una clara pista de por dónde va el peso creativo de la firma la próxima temporda), dejan hueco a otras siluetas más sobrias, como el corte sirena y los grandes volúmenes, favoritos de siempre de la novia clásica.

Vestido princesa con bolsillos y asimetría en el encaje ilusión de los tirantes, de la nueva colección de Pronovias.

Con escote corazón de hombros al aire y maxifalda, y caída simétrica de volantes desde la cintura. Este tipo de diseño suele ser desmontable, permitiendo que la novia luzca dos vestidos en uno.