¿Pueden servir para detectar algún problema en el habla?
La logopeda alerta de que no se trata de una herramienta para realizar diagnósticos, pero sí pueden hacer saltar la alarma en algunos casos:
- Si a los 3-4 años tiene una comunicación basada en mímica, gestos y vocalizaciones, no amplía su vocabulario o no disfruta con rimas, es fundamental acudir a un logopeda para que le evalúe.
- Si a los 4-5 años tiene un habla ininteligible en consecuencia a distorsionar algún fonema (p. ej. /l/, /d/, /s/, /z/, etc.), recomienda también solicitar la valoración del experto, quien indicará a los padres si esos fonemas afectados deberían o no estar ya integrados en su lenguaje espontáneo. Además, se debe estar muy pendientes de que los niños identifiquen y sean capaces de inventarse rimas a esa edad. Todo esto debe tenerse en cuenta también en el lenguaje espontáneo, no únicamente a la hora de jugar con trabalenguas.
- Si evita leer o escribir trabalenguas, es especialmente lento al llevar a cabo estas tareas o se observan muchas sustituciones, inversiones y omisiones, es conveniente prestar atención a cómo se desenvuelve el niño con otras tareas similares. Confundir algunas letras similares como la 'd' y la 'b', la 'q' y la 'p', por ejemplo, es un síntoma a tener en cuenta, aunque la experta recuerda que también puede tratarse tan sólo de un error que comete el niño al empezar a leer y a escribir.
En definitiva, aconseja que, ante la duda, se consulte a un profesional para solucionarlo.