¿Cómo aliviar el dolor de pezones durante la lactancia?

Aunque la lactancia es una experiencia única para cualquier madre, en algunas ocasiones, puede resultar molesta e incluso dolorosa. Sobre todo, si se trata de las primeras tomas. No son pocas las mujeres que destacan que, al principio, notan sus pezones más sensibles, y hasta descubren grietas a su alrededor.

Pero, ¿es algo normal? ¿Debería suponer un motivo de preocupación? Hablamos con las matronas Sara Martín-Caro López, de Ancara Perinatal, Isabel Durand Rincón, vicepresidenta de la Asociación de Matronas de Madrid, y la asesora de lactancia Elisabeth Grimaldi, para averiguar cuáles son las causas y si existe alguna forma de prevenir estas molestias.

Puede ser normal en los primeros días de lactancia

“El amamantar a nuestras criaturas no debería ser doloroso”, asevera Sara Martín-Caro López. Más bien todo lo contrario. Tendría que ser una experiencia placentera tanto para la madre como para el bebé, pese a que, como bien señala Isabel Durand Rincón, hay que tener en cuenta que algunos pezones son más sensibles que otros, y el umbral del dolor es diferente en cada mujer.

No obstante, la matrona comenta que es cierto que, durante los primeros días de lactancia, tras el nacimiento del bebé, los pezones pueden irritarse, doler, a veces, aparecer grietas. Por tanto, podría considerarse un problema ‘normal’ “hasta que la mamá y el bebé se den un tiempo para aprender”.

Aun así, ambas coinciden en apuntar que, tras esta molestia,  podrían esconderse diferentes causas que conviene analizar, y, por ello, se insta a consultar siempre con un especialista (como puede ser la propia matrona).

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Un mal agarre, un frenillo sublingual… éstas pueden ser algunas de las causas

“La aparición de sensaciones dolorosas son una señal que nos avisa de que algo no va del todo bien”, explica Sara Martín-Caro. La causa más frecuente suele ser un mal agarre del bebé, lo que, a la hora de succionar, puede provocar grietas, aumentando y alargando el dolor de la madre.

Pero que este caso sea el más habitual no significa que haya que descartar otros motivos igualmente importantes. Tal y como nos destaca Isabel Durand, también puede tratarse de:

• Un frenillo sublingual corto del bebé, por lo que los movimientos de su lengua están limitados.
• Candidiasis, que provoca sensibilidad o molestia intensa tanto durante la lactancia como después de la misma.
• Bullas o perlas lácteas. Es decir, que una glándula mamaria del pezón esté obstruida.
• Síndrome de Raynaud del Pezón. Al finalizar la toma, el pezón presenta un color blanco, y tras unos minutos, adopta un color morado, que, después, puede acompañarse de grietas. Es un problema que puede resultar muy doloroso, y las madres suelen notar una especie de ardor y pinchazos.

En definitiva, diversas causas podrían explicar esta molestia, y por esta misma razón, se tiene que consultar siempre con un experto.

¿Cómo saber si el bebé se está agarrando bien?

Uno de los aspectos más importantes cuando se da el pecho es comprobar que el pequeño se está agarrando de forma correcta:

• El bebé no sólo tiene que coger el pezón, ni colgarse de él. El mentón y su nariz tienen que estar tocando el pecho, abarcando más la areola inferior que la superior, y facilitando la extensión de su cabeza para que la boca se abra más.
• Los labios deben estar hacia fuera, como los de un pez.
• El cuello debe estar extendido, y al soltar el pezón, alargado, y su cuerpo tiene que estar bien alineado con el de la madre. Oreja-hombro-cadera forman una línea recta.

La madre, por su parte, “tiene que coger su pecho en forma de ‘C’ y acercar el pezón hacia el labio superior de la boca del bebé para que éste abra bien la boca”, añade Isabel Durand, quien también aconseja que, en esos primeros días de aprendizaje, no se ofrezcan tetinas, chupetes ni pezoneras que puedan interferir en este aprendizaje.

“En el caso de que el bebé necesite suplementos por motivos médicos, se pueden usar técnicas para ofrecer alimento alternativas al biberón sin interferir en la técnica de succión del pecho”, desvela. Tan sólo hay que solicitar la información en el centro de salud u hospital.

Las mejores posturas para dar el pecho

Pese a que existen un sinfín de posturas, la comodidad y la seguridad serán la clave a la hora de decantarse por una en especial.

Lo más importante será dar con la correcta, aquella en la que amamantar no sea doloroso. Sólo entonces, según Isabel Durand, “se podrán usar otras muchas posturas, poniendo especial atención a la espalda de la madre”, que ha de sentirse bien dando el pecho.

Sara Martín-Caro nos desvela cuáles suelen ser las favoritas:

• Sentadas, con el bebé recostado en los brazos.
• Tumbadas en la cama, de lado, con el bebé también tumbado de lado.
• Recostadas en la cama o en el sofá, con el bebé encima.

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Consejos para aliviar el dolor del pezón

Queda claro que la lactancia no tiene que ser dolorosa, y si los problemas persisten con el paso del tiempo, ambas expertas aseguran que hay que solicitar ayuda a los expertos en lactancia de su centro de salud o en grupos de apoyo a la lactancia.

Isabel Durand alerta de que existen productos específicos para el pezón, pero éstos sólo funcionan cuando hay grietas. “Deben usarse sólo sobre la grieta, nunca en la areola, ya que muchos de ellos llevan lanolina, y esto hace que la piel sobre la que se aplica aparezca más grasa y resbaladiza”, advierte. En consecuencia, el bebé no puede engancharse bien, y al final acaba mordiendo el pezón con las encías para poder sujetarlo. Así que lo único que se consigue es el aumento del dolor y el empeoramiento de las grietas.

En su lugar, aconseja:

• Dejar los pezones al aire unos minutos después de cada toma.
• Evitar la humedad excesiva.
• Cambiar los discos absorbentes cuando sea necesario.
• Usar un buen sujetador de algodón que sea cómodo.
• Utilizar crema y aceite hidratante de forma habitual para mejorar la elasticidad de la piel de la mama y el pezón.
• Descansar entre tomas.
• Comer e hidratarse de manera adecuada.

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