El calcio, un mineral esencial también para su cerebro

Los expertos nos recuerdan en numerosas ocasiones la importancia de seguir una dieta equilibrada desde pequeños. Y aunque casi todos los alimentos son vitales, hay algunos, como los ricos en calcio, que son beneficiosos para nuestro organismo, y en concreto, para el cerebro, ese órgano que, a pesar de resultar fundamental, suele ser un gran olvidado.

Es por ello que, para conocer un poco más el papel que juega la alimentación en su desarrollo, nos hemos puesto en contacto con el doctor Gurutz Linazasoro, neurólogo de la Sociedad Española de Neurología (SEN), que resalta, junto a la iniciativa deportiva Copa COVAP, este mensaje.

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El cerebro, un órgano que hay que cuidar con mucho mimo

El doctor Linazasoro nos destaca que la dieta es fundamental en el desarollo del cerebro. "En principio, no hay ningún alimento milagroso, y lo más importante es el patrón dietético, lo que uno come de manera habitual".

El médico nos explica que, para funcionar correctamente, el cerebro necesita energía, que le llega a través de:

- Hidratos de carbono de liberación prolongada. Cereales, pasta, pan... mejor que las chucherías y productos de este tipo, que son los hidratos de carbono de liberación rápida.

- Proteínas, que vienen de las carnes, los huevos, las legumbres, y los frutos secos.

- Las grasas, que fundamentalmente deberían ser de origen vegetal (aceite de oliva y frutos secos).

- Aporte de vitaminas y minerales, presentes también en los alimentos anteriores, pero todavía más en las frutas, las verduras y los lácteos.

- Hidratación.

Una alimentación sana ayuda a prevenir enfermedades

En opinión del médico, la dieta mediterránea y el plato de Harvard son unos patrones magníficos a seguir. La diferencia entre ambos, resalta, es que la base del primero la componen los hidratos de carbono de liberación lenta (las pastas, las legumbres...), y la del segundo los vegetales.

"Existen estudios que demuestran sus bondades", asevera. Sin embargo, desde su punto de vista, lo verdaderamente importante es que los niños aprendan a comer. "Inculcarles una serie de hábitos para que luego mantenan a lo largo de su vida sin ningún esfuerzo, porque ésta es la manera de prevenir enfermedades y de cuidar el cerebro desde el principio", comenta.

El calcio no sólo sirve para mantener los huesos fuertes: también es vital para las neuronas

Gurutz Linazasoro afirma que el calcio tiene muchas funciones importantes, pero, lejos de lo que solemos pensar, no sólo en el desarrollo óseo, para tener los huesos bien calcificados.

También interfiere en el desarrollo y la función del cerebro, en concreto, en la transmisión del estímulo nervioso y la función vital de las neuronas. "Un exceso o un defecto de calcio pueden generar disfunciones neurológicas como epilepsia, retrasos mentales... y esto se corrige alimentándose con la cantidad de calcio correcta".

Lo que significa que los niños probablemente tengan que tomar un pequeño 'suplemento' de alimentos que contengan este mineral. Con ello se refiere a que, por ejemplo, se les de a los pequeños un yogur o un vaso de leche para acompañar la merienda.

"Hacer este tipo de cosas sería suficiente, siempre y cuando también se acompañe con una alimentación sana, ya que el calcio está presente en muchos productos (hasta en las legumbres), aunque los más ricos sean los lácteos", añade.

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Cansancio, contracturas musculares... algunos de los síntomas de un déficit de calcio

El doctor Linazasoro detalla que se debe prestar a ciertos síntomas que indican un déficit de calcio, como la sensación de cansancio, las contracturas musculares... En estos casos, convendría hacer una analítica para comprobarlo.

No obstante, también puede darse la posibilidad de que haya una enfermedad que afecte a los mecanismos que regulan el calcio en el organismo: unas glándulas que tenemos en el cuello (llamadas glándulas paratiroideas). Sin embargo, si funcionan con normalidad, y el niño sigue una alimentación saludable, el calcio no tiene por qué alterarse.

Azúcar, grasas trans y la sal, los tres 'enemigos' del cerebro

El doctor detalla que los principales ‘enemigos’ del cerebro son tres:

- Las grasas 'trans', que están en la bollería y alimentos prefabricados.

- La sal.

- El azúcar. Un exceso de azúcar, advierte, que es silencioso, ya que se encuentra, sobre todo, en refrescos y otras bebidas.

"El principal problema que tenemos en España es precisamente un exceso de alimentación. Hasta un tercio de los adolescentes son obesos, por lo que hay que luchar y ponerse firme, acostumbrando a los niños a comer sano", resalta.

Más allá de la obesidad, advierte que los azúcares refinados pueden generar una adicción, ya que estimulan el sistema del placer y la recompensa del cerebro, "igual que lo hacen muchas drogas", y después de comerlos, al rato, el niño siente que no le ha saciado, lo que le lleva a comer todavía más.

El sodio y el potasio, otros minerales muy relevantes

El médico destaca que todos los minerales son importantes (incluido el magnesio). Pero el caso del sodio y el potasio requiere especial mención:

"Tanto uno como otro tienen que ver con el funcionamiento de las neuronas, con la transmisión del estímulo nervioso", resalta. Cuando una neurona dispara un estímulo nervioso está relacionado con el proceso por el cual, a lo largo de la membrana de la neurona, el sodio sale fuera y el potasio entra dentro. Es decir, que hay un intercambio de sodio y potasio que permite que la neurona funcione y se sispare. Si esto falla, esa neurona no dispara, no se transmite el estímulo nervioso, y acaba generando síntomas y problemas neurológicos.

Eso sí, adiverte que hay que tener cuidado tanto por exceso como por defecto de cualquiera de los dos, dado que pueden alterar el funcionamiento del cerebro.

"El exceso se ve fundamentalmente en las deshidrataciones, cuando alguien no bebe. Es muy importante que la persona que hace deporte se hidrate bien (para que el sodio suba). Sin embargo, en la situación contraria, beber mucha agua también es perjudicial para el cerebro, que irá más lento, le costará pensar..."

Jugar es la mejor manera de estimular a los más pequeños

"El juego es una vía de estimulación fantástica para los niños", afirma el médico, quien, al mismo tiempo, resalta que el acceso a las nuevas tecnologías puede tener un efecto positivo, dado que "estimula mucho la capacidad de respuesta, de reacción...". Sin olvidarse, por supuesto, de que debe controlarse el tiempo que se utilizan para no generar una adicción y otros problemas. A este respecto, comenta que los cerebros de los niños hoy en día "están hiperestimulados", y todo depende de cómo se gestione.

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El cerebro se sigue desarrollando hasta los 21-22 años

El doctor apunta que el cerebro va madurando y desarrollándose siguiendo unas pautas muy concretas, relacionadas con la información genética y los estímulos del exterior (el ambiente, la cultura, la escuela, los padres...).

Siempre se ha asegurado que la etapa infantil es la más importante en el desarrollo del cerebro. Pero el médico prefiere hablar de 'ventanas de oportunidad'. Por ejemplo, el mejor momento para adquirir la lectura, la escritura o el cálculo va de los 4 a los 7 años.

Otras etapas son también importantes, como la adolescencia, en la que, asegura, pasan cosas asombrosas: "se podan muchas neuronas, las neuronas se rodean de mielina, y el estímulo nervioso viaja a mucha más velocidad, haciendo que haya mucha conectividad entre diferentes partes del cerebro". Por este motivo, las mentes adolescentes son tan creativas, y por otro lado, tan impulsivas. Ya que, según explica, la parte delantera del cerebro, que controla las emociones, no se desarrollará completamente hasta que tenga 21-22 años. En esta parte frontal, es la encargada de tomar decisiones, planificar o valorar la ética o la moralidad de las acciones que llevamos a cabo.

El deporte también juega un importante papel

El doctor destaca el papel del deporte en varios aspectos del niño:

- Motores. Cuando uno hace deporte, se mueve, lo que ayuda a que la coordinación motora, la ejecución de movimientos finos, la estabilidad...

- Emocional. El deporte inculca unos valores de compartir, cooperar, saber perder, ganar... y, además, en los de equipo, los niños se relacionan con otros pequeños de su edad.

- Cognitiva. Hay deportes en los que hay que trabajar determinadas funciones cognitivas, como las tácticas, estrategias... y en el caso del ajedrez y otros deportes, hasta funciones más exigentes todavía.

"Por el simple hecho de hacer deporte, la oxigenación que tiene lugar en el cerebro es muy positiva. Es más, así, consumen grasas, están más en forma... y todo esto favorece el funcionamiento cerebral a largo plazo", detalla.