Algunos de los signos a los que hay que prestar atención
Desde que los niños son bebés, en su primer año de vida, podemos detectar aspectos en su desarrollo que van a interferir en su desarrollo, y que, en un futuro, darán lugar a dificultades de aprendizaje si no son atendidos. Por este motivo, el fisioterapeuta desvela que es muy importante que las familias estén bien informadas, “y no está de más activar medidas de prevención, como solicitar una valoración de su neurodesarrollo por parte de los fisioterapeutas de Pediatría”.
Algunos de los signos de riesgo que se pueden observar en bebés son:
- Un retraso a la hora de completar etapas de desarrollo que le corresponden por edad, como, por ejemplo, controlar el cuerpo sentado, gatear o ponerse en pie.
- Un retraso en el lenguaje.
- Algunas situaciones como la prematuridad, el bajo peso al nacer o las hospitalizaciones muy tempranas.
No obstante, el especialista también señala que, entre los síntomas que los progenitores deben tener en cuenta, se encuentran:
- Irritabilidad.
- Dificultad para calmarse.
- Problemas de alimentación y de sueño.
Según apunta, las bases del desarrollo físico y psicoafectivo que se dan durante los tres primeros años son fundamentales. De ahí que el papel de los progenitores sea más vital que nunca.