

Seguramente has pensado mucho en el momento del parto, y no tanto en el instante en que tu hijo tome el pecho por primera vez. Les pasa a muchas embarazadas. Pero aún estás a tiempo. Las tomas iniciales son muy importantes y pueden facilitar mucho las siguientes fases de la lactancia. ¿Quieres saber cómo prepararte?
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Una buena lactancia comienza durante los nueve meses de embarazo. Y no es "preparando" el pecho; tus mamas y tus pezones están creados para amamantar y, salvo problemas más específicos o importantes, no necesitan que hagas nada en la gestación. Pero sí deberás formarte para el momento de amamantar a tu hijo. "Las madres nos focalizamos en el embarazo y en el parto, porque pensamos que la lactancia es algo instintivo. El susto viene después cuando empiezan a surgir dudas cada milisegundo. No sabemos a quién preguntar, nuestras madres no son referentes porque quizá no han dado el pecho o no se acuerdan, y no encontramos a quién recurrir", explica Alba Padró, consultora internacional de lactancia, cofundadora de Lactapp y autora del manual Somos la leche.
En este aspecto el niño lleva una gran ventaja a su madre. Para él, la lactancia sí es instintiva, pero las mujeres deben aprender. "Es un acto de fe en tu cuerpo y en tu capacidad de amamantar", recalca la experta. Pero no te asustes y quédate con dos ideas: puedes aprender y si surgen problemas, estos se pueden solucionar.
Así pues, ya sabes que lo ideal es que comiences a formarte sobre lactancia antes de que nazca tu hijo. Ten en cuenta que antes de dar a luz un 98% de las mujeres declara que quiere amamantar a su bebé, un porcentaje que se reduce al 84% cuando sale de la maternidad. Las cifras van cayendo progresivamente en los primeros seis meses, y gran parte de la responsabilidad está en los problemas iniciales que pueden surgir y ante los cuales la madre se siente perdida.
"Nunca hemos tenido tanta información como ahora, pero necesitamos información específica, fuentes fiables a donde recurrir", advierte Alba Padró. "No sabemos cómo funciona la glándula mamaria y muchos profesionales sanitarios no están formados en lactancia", indica la fundadora de LactApp, un recurso gratuito donde los expertos resuelven las dudas de lactancia.
Las primeras tomas al pecho son muy importantes porque pueden allanar el camino. Esto no significa que si surgen contratiempos todo esté perdido, sino que si las cosas van bien, el posterior transcurso de la lactancia va a ser, muy probablemente, más fácil. Estos son los consejos de Alba Padró para favorecer que sea así:
Hay un elemento muy importante que puede jugar a favor o en contra del establecimiento de la lactancia y es el parto. "Si lo has vivido de forma positiva, es más posible que te veas con ganas de tirar hacia adelante si surgen problemas. Pero si ha ido mal, o no como tú pensabas, cualquier duda puede hace que lo dejes", explica Alba Padró.
En este sentido, no en todos los hospitales fomentan ese contacto precoz inicial entre madre o hijo, ya desde el mismo paritorio, que ayudará a que la lactancia se inicie con éxito. "Las primeras separaciones no favorecen la lactancia materna", destaca.
Pero, además, hay un factor clave negativo: el dolor. "Tenemos interiorizado que dar el pecho 'duele', y no debe doler. No hay que pasar por el dolor ni por las grietas y la mujer lo que recibe es el 'mandato' de que debe aguantar, cuando no se puede aguantar un día tras otro de dolor", recalca la especialista.
El dolor está muy ligado a la falta de información, a una mala postura o un mal agarre del niño al pecho. Y para eso, lo mejor es formarse antes sobre todos estos aspectos y consultar con expertos que valoren la toma si surgieran complicaciones.
La subida de la leche no depende de si el parto ha sido vaginal o por cesárea, ya que el mecanismo que la pone en marcha es la separación de la placenta del útero, la fase del parto que técnicamente se denomina alumbramiento. Así pues, las mujeres a las que se practica una cesárea pueden dar el pecho de la misma forma que las que han dado a luz mediante parto vaginal.
Otra cosa es que la cesárea no favorezca el contacto precoz madre-hijo. En algunos hospitales, y dependiendo del estado de la madre, aun con cesárea, el bebé sí es colocado sobre el pecho de la madre. Pero si no fuea así, "no todo está perdido porque el bebé sigue buscando el pecho hasta los tres o cuatro meses", tranquiliza la autora de Somos la leche (Ed. Grijalbo).
Esto se aplica también para cuando esa primera toma no se ha realizado justo tras nacer en el paritorio, y para cuando, por motivos médicos, el niño tiene que ser separado de su madre. En ese caso, "la mujer debe usar un extractor doble de leche, para estimular la producción. El ritmo ideal sería cada dos horas durante el día y cada tres horas durante la noche, aunque luego hay que adaptarlo a la realidad de cada madre", puntualiza Alba Padró.
Así pues, hay un mensaje claro. Si estás embarazada, comienza ya formarte sobre lactancia para que en las primeras tomas todo vaya bien. Y si surgieran problemas, tranquila; se pueden solucionar con un buen asesoramiento.