Aprender a crear una relación constructiva y positiva
Angélica pone un ejemplo muy claro: si un adolescente cierra la puerta tras una discusión, hay que intentar pensar qué función y por qué se produce ese comportamiento. “Al principio, lo lógico es que los padres sientan enfado y rabia por esa reacción, en cambio, si comprendemos que esto es un comportamiento natural, como el aprender a caminar y caerse, entonces ya lo veremos con compasión, admiración, paciencia (ya se le pasará), respeto por su espacio...”.
En la disciplina positiva, aunque se trabaje la gestión emocional, se considera que es mucho mejor hacerlo antes de que ésta aparezca. Dado que sólo se puede influir en ellos a través de una relación constructiva y positiva, que se puede conseguir:
- Alentándoles y animándoles. Hay que verlo como un proceso, y se debe dejar a un lado la crítica y la humillación.
- No rescatarles, mostrarles que algunas de sus decisiones tendrán consecuencias negativas.
- Construir acuerdos con ellos. Negociar con ellos, trabajar conjuntamente. Si tenemos este problema, ¿qué solución podemos encontrar? Y permitir que sean ellos quienes empiezan a hablar.
- Hablarles desde la calma y el respeto, por mucho que la situación nos desquicie. Porque si no, a ellos les será difícil respetarte a ti. De este modo, se le mostrará que tú eres capaz de controlar tu comportamiento, y este mensaje irá calando en él.
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