

Se acerca el final de un tercer trimestre de un curso escolar muy atípico, y con él, las temidas notas, que buscan reflejar cuál ha sido el rendimiento del alumno en el colegio. Si bien es cierto que la mayoría de padres espera que sus hijos obtengan los mejores resultados académicos, en muchas ocasiones, no es así, y algún que otro suspenso llega a casa.
La reacción habitual de muchos progenitores suele ser regañar o castigar al pequeño, esperando que así se dé cuenta de cuáles han sido sus fallos y mejore de cara al próximo curso. Pero, ¿es ésta una forma adecuada de abordarlo? Los expertos opinan todo lo contrario.
Celia Rodríguez, asesora pedagógica de 'Rubio', nos ha dado unas claves sobre cómo actuar ante las malas notas de los niños, y qué se puede esconder detrás de lo que, en apariencia, pensamos que es un simple fallo de rendimiento.
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"Detrás de las malas notas siempre hay algo", comenta la experta, que señala que puede tratarse de:
La experta comenta que, además, hay que valorar si las notas han bajado de una forma drástica. Si es algo puntual, quizá se deba a un fallo pequeño, lo que coloquialmente se define como "haberse dormido en los laureles". En cambio, "cuando vemos un cambio importante en las notas, lo aconsejable es indagar qué puede haberlo motivado". Y regañando, asegura, lo único que se consigue es agrandar el problema.
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Aunque para muchos padres no es fácil, la mejor manera de abordar un suspenso no es regañando al pequeño ni castigándole. De hecho, la experta explica que, de esta manera, lo más probable es que el niño se enfade y no quiera encontrar ninguna solución. Por ello, proporciona las siguientes recomendaciones a los padres:
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