

Ha pasado más de un mes desde que comenzara el confinamiento obligatorio impuesto por el Gobierno debido a la crisis del coronavirus. La vida ha cambiado radicalmente y hemos pasado de disfrutar de nuestra libertad y de cumplir con las rutinas, a estar encerrados en casa junto a los nuestros, con la preocupación que supone la emergencia sanitaria por la que atraviesa el mundo entero. En estas semanas se ha tenido que adaptar el día a día en el trabajo, el colegio o el gimnasio, y nos vemos obligados a no salir de casa y realizar estas actividades en nuestro domicilio. Llevamos una vida más sedentaria, hemos tenido que cambiar nuestra alimentación y pasamos más tiempo en familia. Pero este aislamiento afecta a grandes y pequeños, que también sufren las secuelas de estar encerrados en casa.
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Las familias con niños, además, han visto cómo su casa se ha convertido en el centro escolar y los progenitores han pasado a ser profesores improvisados de sus hijos, siguiendo las pautas que marca el colegio a diario. Una manera de mantener las rutinas y de que además no pierdan el curso escolar, una preocupación añadida y que puede generar más estrés para todos. Pero además del homeschooling, los niños han visto radicalmente mermadas sus actividades al aire libre. Las horas de parque tan beneficiosas para su desarrollo ya no son tales, y los juegos se han trasladado a las distintas habitaciones de la casa donde los balones han dado paso a juegos más tradicionales, intercalados con el uso de la tecnología. Todos estos cambios afectan a los niños a todos los niveles, por lo que se sentirán emocionalmente más frágiles.
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Aunque los adultos quizá necesitemos de la ayuda de un profesional para paliar los estragos del aislamiento, los expertos hablan de dos armas básicas para que podamos ayudar a nuestros hijos a superar los efectos del confinamiento. Estas no son otras que amor y comprensión y nadie mejor que sus padres para brindárselos, ahora que el tiempo es un bien del que disponemos. Estos son los síntomas que pueden llegar a manifestar nuestros hijos durante el confinamiento:
Lo más importante es aprovechar el tiempo que ahora tenemos para pasar con nuestros hijos. Hablar con ellos y explicarles qué ocurre, tengan la edad que tengan. Debemos evitar transmitirles preocupación y el propio estrés que estemos viviendo como adultos.
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