Cuando Pantone eligió el living coral como el color del año, el verde en todas sus vertientes ya había surgido en las pasarelas, y poco a poco fue inundando las propuestas del street style dispuesto a dar la pelea. ¿A qué se debe su supremacía?

Comencemos por los sentimientos reconfortantes que evoca. Porque mientras el instituto del color designó al tono naranja suave —basado en la tonalidad de los arrecifes— como una invitación a la preservación del fondo marino, la influencia de la coloración de la naturaleza reafirma la conexión con la armonía y el equilibrio que se requieren en el planeta.

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El preferido de las casas de moda

Uno de los que ha tenido presencia persistentemente es el verde esmeralda, aunque también los de tonalidades amarillentas y otros que bajan la potencia hasta tornarse empolvados, incluidos los mentas. Givenchy, Prada y Jil Sander —de izquierda a derecha— los mostraron en las colecciones que han tenido una clara repercusión en primavera-verano, sin importar si destacan en piezas de acabados satinados, en trajes de blazer y pantalón o en siluetas más holgadas.

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Del más vibrante al oscuro

Los tonos neón han liderado el mundo de la moda este 2019 y ha sido la opción más llamativa de celebridades como Kendall, Kylie Jenner y Bella Hadid, así como en la moda a pie de calle, en la que se combina con colores neutros como el negro, el gris y el blanco. El verde botella, el forest biome, el teal —un verde azulado que ya ha llevado Kate Middleton y que está considerado como la versión más oscura del cian— el oliva o el malaquita también tienen fuerte presencia en los looks de las cazadoras de tendencias en todo lo que va de año y que conforman la style guide imprescindible.

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Preferido por mucho

Pantone explica que “el efecto psicológico del verde afecta al sistema nervioso, lo que hace que respiremos lenta y profundamente y ayuda al corazón a relajarse al disminuir la producción de hormonas del estrés”. El catalogado como el gran armonizador, por encontrarse en el centro del espectro de color entre el azul y el amarillo, también se convirtió en el color del año en 2017, con el tono amarillo verdoso definido como Greenery, y en pleno 2019 su potente presencia nos deja claro que seguirá liderando.

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De pies a cabeza o solo en pequeñas dosis

Asimismo, tiene presencia en estampado de todo tipo, incluidos los infaltables florales, que conforman outfits tan frescos como apetecibles. Sin embargo, para las trendsetters llevarlo en prendas enteras es igual de permitido que sumarlo en pequeñas dosis y convertirlo en el encargado de romper la monocromía con accesorios y complementos. Es un hecho, el verde se ha posicionado rápidamente como el color elegante y cargado de glamour que simboliza la vida, el crecimiento y lo natural.