Llegó el tan esperado desfile de Chanel en Salzburgo, con un ambiente muy alpino, Karl Lagerfeld volvió a sorprender a sus seguidores. La presentación en esta ocasión estuvo desarrollada en un chateau austriaco, mostró prendas con inspiraciones militares, isabelinas y un tanto escolares, con un toque preppie.





Con una base de colores neutros, los toques de rojo fueron los que dieron vida a esta temporada. Manteniéndose fiel a sus inicios, los trajes sastre de tweed y el uso de botones en las chaquetas, se mantuvieron para esta temporada. Y haciendo gala de la extravagancia que Karl ha aportado a la marca, el festín que sirvió de escenografía fue degustado por los presentes.


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Cara Delevingne
y Kendall Jenner fueron las protagonistas del evento, la primera, cerrando el desfile de la mano del diseñador. Ambas se perdieron sus participaciones en el Victoria’s Secret Fashion Show, pero le fueron fieles a la marca que las ha apoyado a lo largo de sus carreras. A pesar de tratarse de los inicios de su carrera, Kendall ha trabajado con ella en las últimas temporadas. Por su parte, es sabido que Cara es la musa de Karl Lagerfeld y encabeza todos sus desfiles.





Como cada año, el que se robó la pasarela fue el pequeño modelo Hudson Kroenig, quien apareció con unos pequeños shorts típicos de la región. El ya habitual de esta pasarela y ahijado de Karl, se divirtió con Cara al acabar el evento. En esta ocasión, el modelo de tan sólo 6 años. Ésta es su primer aparición, después de protagonizar su primer campaña publicitaria acompañado de Joan Smalls.




Entre los asistentes destacó la cantante Lilly Allen, que sólo unas horas antes estuvo presente en los British Fashion Awards acompañada de Cara y Kendall. Esta vez hicieron falta las acostumbradas celebrities de los shows de la marca, pero ante el empalme de dos grandes eventos de la moda, la mayoría permaneció en Londres.

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