¡Boda secreta! Karina Banda y Carlos Ponce sellaron su amor en un ceremonia íntima

Karina: Estamos súper contentos. Creo que la felicidad de verdad no se puede ocultar y la verdad que me pasó algo muy chistoso que justo después de que nos casamos, la gente me decía que me veían un brillo especial, hasta me preguntaban que si estaba embarazada, que se me notaba algo diferente en la cara y yo creo que es eso, que estaba feliz porque de verdad era saber que voy a pasar todo el resto de mi vida con él, si Dios nos los permite. No era tanto como que no lo sabíamos; pero ya soy su esposa, ya somos oficialmente una familia y sí, yo feliz porque… hasta subí libritas porque el amor engorda (risas).

Carlos: A mí me preguntaron mucho también si estaba embarazado (risas). Es un momento muy bonito en la vida, pasamos por esta pandemia donde la gente quedó un poquito afectada y muy nerviosa sobre el futuro. Todavía estamos viviendo esos momentos, pero nosotros que siempre vemos la luz al final del túnel, que somos muy creyentes ambos, que somos un hombre y una mujer de fe, sabíamos que no había momento que pare esa felicidad y esa atracción en todos los sentidos que sentimos el uno por el otro de vamos a juntar fuerzas, estamos listos, a los dos nos toca y vamos a seguir el plan de Dios que para mí era este.

Carlos: No fue una intención de casarnos en secreto, esa no era necesariamente la intención; creo que hablo por los dos. Simplemente, el compromiso fue en Año Nuevo, dándole la bienvenida al 2020, a nuestra unión y mi compromiso hacia Karina y hacia Dios de que vamos a hacer una vida juntos para toda la vida; sin embargo, ocurrieron cosas que trataron de desviar nuestros planes, pero la boda también estaba planeada para el mismo año. Simplemente esta es una unión que hicimos, pero consideramos que nos hace falta la boda. Decidimos no hacer mucho ruido con esto porque nuestras familias también se merecen vernos en esta unión y les debemos, y nos debemos, una reunión bonita.

Karina: La pandemia nos trajo muchas lecciones, una es que ‘si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes’. Creo que también esta pandemia nos ayudó mucho para conocernos todavía más y fue también un reto para los dos el tema de la convivencia, entonces creo que todas esas cosas nos hicieron sentir esa emoción y ganas de querer ya formalizar y oficialmente convertirnos en marido y mujer; y sobre todo el hecho que sabes que pases lo que pases, las circunstancias por las que estés viviendo, siempre es bueno tener a alguien que te esté apoyando todos los días, que te esté diciendo que todo va a estar bien y que las cosas pasan. Ahí estuvo él para mí y aquí estoy yo siempre para él.

Carlos: Los únicos que sabían eran nuestros padres y no fueron. Sus papás estaban fuera del país, los míos estaban acá pero cada uno en una cuarentena y en ese momento, justo cuando nos tocó hacerlo, estaban muy encerraditos porque ya son mayores de edad y no queríamos exponerlos a nada. Hubo dos testigos que son mis hijas Sienna y Savannah, fueron las únicas personas presentes y unos amigos que nosotros tenemos, un excelente fotógrafo, otro florista que nos prestaron su casa para que nosotros pudiéramos documentar ese momento, porque para nosotros era muy importante.

Carlos: Eso es privado, sigue siendo escondido.

Karina: Esa era la pregunta: ¿dónde nos vamos a casar?, ¿cómo le vamos a hacer porque al final solo somos nosotros dos? Siena y Savannah que eran nuestros testigos, y la la notaria, estaban ok, ¿cómo le vamos a hacer? Pensé en un restaurante, pensé en muchas formas, pero igual queríamos fotos, entonces al momento de que eso sucediera la gente se iba a dar cuenta que algo estaba pasando, iba a ser inevitable. Necesitábamos un lugar privado, pero yo también quería un lugar que se viera especial y se me ocurrió... tenemos un muy buen amigo que es fotógrafo que se llama Alan Phillip, que tiene un estudio hermoso y cuando le dije a Alan, ‘tú has querido tomarnos fotos, qué crees: pues no nada más nos vas a tomar fotos, nos queremos casar en tu estudio, ¿podemos?’, le contamos en plan. Él supo que era algo chiquitito y la verdad que todo resultó muy bonito. Nos quedamos con un muy bonito recuerdo y tuvimos cómplices excepcionales que son Sienna y Savannah.

Carlos: La idea era hacer esto en México, incluso antes. Ese mismo fin de semana, antes de que nosotros entráramos en la cuarentena, estábamos en un local en México muy bonito que habíamos decidido que ese iba a ser el lugar para las fotografías. Después, tuve una reunión laboral y nos dijeron: ‘váyanse a Miami corriendo antes de que los encierren en México’.

Karina: Sí, queremos algo igual chiquito. Honestamente, nunca hemos visualizado nuestra boda con mucha gente, 500 personas. En ese aspecto ninguno de los dos es así, nos encantaría tener a mucha gente, por supuesto, pero también entendemos que a este punto uno ha valorado más a la familia y obviamente a los amigos como más cercanos. En ese sentido, sí creemos que sería algo más íntimo, más familiar y poder tener esos momentos para disfrutarlo y celebrarlo con nuestra familia y la gente que tanto queremos; pero sí queremos que sea algo bien especial, algo así como de novela porque estoy con un galán de telenovela (risas).

Carlos: A mí la convivencia me hizo reiterar que Karina es la mujer con la que quiero estar, a Karina la convivencia le hizo aprender a cocinar mi comida favorita. Honestamente, hay muchas cosas, sabíamos que somos una pareja que se complementa muy bien pero de momento surgen cosas nuevas y todas fueron buenas. Usualmente uno tiene que aprender a vivir el uno con el otro, hay cositas que te molestan acá, en el caso mío (yo no sé no puedo hablar por Karina) todo era como un bono: ‘¡Ah, eso también!, ¡ah, que bueno aquello, qué maravilla!’. Me sigo sorprendiendo mucho con muchas cosas.

Karina: Una de las cosas que a mí me encanta de Carlos, desde el principio, es que tiene una actitud buena, aparte de su inteligencia, que está bien guapo, que es súper buen papá, es muy chistoso y siempre tiene una buena actitud ante las circunstancias y yo me identifico mucho con él. No podría estar con alguien negativo, no puedo ni siquiera tener una amistad porque va en contra de todo lo que creo y en ese aspecto, él y yo encajamos muy bien porque los dos somos igualitos y nos reímos de las cosas y les sacamos la vuelta, lo mismo pasa cuando algún día llegamos a tener una discusión … ya pasó, y de verdad, no es broma, cada cosa que vivimos sabemos que es un aprendizaje.

Karina: Cuando uno va a darse la oportunidad de conocer a alguien, creo que lo más importante es saber que los dos están en la misma página y que van para el mismo camino. Ni te hago perder el tiempo ni yo pierdo el mío; ni me ilusiono ni te ilusiones. Él me dijo: ¿cuáles son tus planes? Y le respondí: ‘mira, la verdad me encantaría casarme, me encantaría ser mamá’. Lo peor que puedes hacer es asumir, ¿no?, entonces las cosas se preguntan, se hablan. Honestamente, no es algo [tener hijos] en lo que estemos ahorita pensando y no hay apuro para nada. Estamos disfrutando nuestros primeros meses de matrimonio. Cuando estás con alguien que tiene hijos, que también los adoro y los quiero mucho, veo de verdad el trabajo y la responsabilidad.

Carlos: Es una de las cosas que he aprendido mucho de ella porque uno se guarda cosas y luego se enoja porque asume que la otra persona tiene que saber qué es lo que te molesta, con qué estás inconforme y uno no tiene que tener una pelea sobre algo que la otra persona no estaba enterado. Todos los días vas a aprender algo nuevo, te tienes que adaptar, te puede gustar, te puede no gustar, pero no tiene que ser el fin del mundo si se conversan las cosas. Ni se sabe la geografía, ni se sabe la logística, ni se saben los tiempos. Lo que estoy tratando de decir es que hay gente que a lo mejor piensa: ‘ah, ellos fueron novios un mes, después tuvieron un break y después volvieron’. Nosotros llevamos tres años juntos, pero la gente de momento no se da cuenta de que tres años son tres años.

Carlos: Ha sido un proceso muy difícil. Yo sí lo mantuve muy guardado porque no estaba en mí comentarlo. Incluso, hasta con miembros de la familia en algún momento ella empieza a abrirse un poquito, a contar más. No quiero hablar mucho porque no sé qué tanto me corresponde, pero puedo decir que es una niña muy buena, es una niña que cuando es feliz es muy feliz y que sí, esto tiene su proceso y creo mucho en Dios, soy un hombre de mucha fe y lo he visto hacer milagros en mi casa. Sé que estamos pasando por algo que es de aprendizaje y la hemos visto mejorar mucho, entonces las cosas que nos asustan tienen su propósito. Sé que esto es parte del plan divino y hay mucha gente en el mundo que se va a beneficiar de ella, lo siento en mi corazón.

Karina: Son cosas que quisiéramos no estar viviendo o que gente cercana a nosotros estuviera pasando por algo tan fuerte o tan triste. En mi caso, perdí a mi tío, un hermano de mi mamá, fue un momento bien difícil para mí. Es importante tener a alguien que te motive y creo que el hecho de que él esté conmigo y que yo esté junto a él, pues nos echamos porras entre los dos, literalmente nos levantamos y mira que a él le costaba mucho lidiar cuando ve a alguien sufriendo porque no sabe qué hacer.

Carlos: Ya nos dimos una escapadita, nos fuimos a Los Cabos. Sabíamos que era un momento donde estaba muy tranquilo (precisamente por la pandemia) y nos dejaron saber lo bien que estaban cuidando esos lugares, las medidas de precaución que se estaban tomando, entonces llegamos a un resort donde éramos casi los únicos.

Karina: A Carlos le encanta México, obvio por eso está con una mexicana, le encanta la comida mexicana, le fascina, y de verdad que México tiene unos lugares hermosos y de verdad fue un destino bien bonito para la ocasión, muy romántico; pero, nos queremos ir a Europa a seguir disfrutando.

Carlos: Su sentido del humor es maravilloso, ella tiene una dulzura genuina, es innata y no sólo para conmigo, mucha gente que yo he conocido, amigos que tenemos en común, inmediatamente me dicen: ‘que maravilla, que dulce, que suerte, cuídala…’ me llevo un premio. Ella simplemente es una mujer muy real, muy genuina, es una mujer de familia, de su casa, esos valores están tallados hasta en el último pedacito de su ser y simplemente un regalo de Dios.

Karina: Bueno, yo lo admiro en el tema profesional y en el tema personal. En el tema personal admiro mucho de él su actitud, porque sé que a veces cuesta tener una buena actitud ante las cosas, admiro que es muy paciente, esa parte creo que ha sido algo importante que nos ha dado un balance porque siempre tiene que haber alguien paciente que te ayude a lograr ese equilibrio y ese es él. Yo soy Leo, soy un poco más explosiva. Otra de las cosas es que tiene un súper corazón, es una persona sencilla, humilde y eso me gustó mucho de él (y extremadamente guapo). Mi familia lo adora. Y por último y no por eso, menos importante, el hecho de que yo lo vi en su faceta de papá, cuando comenzamos a salir y yo vi el papá que era pensé en mí y en mi futuro, dije: ‘¡Wow, este va a ser un súper marido!’, que sí lo es, y es un súper papá.

Carlos: Ella no está contando los 3 meses que yo estuve persiguiéndola porque se está haciendo la que: “ay, se nos dio inmediatamente tan bonito” (risas). Ni tan bonito ni tan inmediatamente. Para mí son tres años, incluso una vez le dije, y por eso me dice buen padre: ‘no, ya no puedo, voy a salir con mis hijas’. Tenía dos cosas que no quería y las dos las tiene ella y me las rompió en dos segundos. Figura pública, prefería que no, para así mantenerse uno más guardado, que sea un poquito más fácil. Estaba también un poco... con la edad pero por una cuestión mía, me pasó por la cabeza que la diferencia de años de experiencia sí puede llegar a veces a ser un conflicto, no ha sido el caso, una que otra vez pero muy poco.

Karina: La verdad me estaba insistiendo mucho para salir y por fin le dije que sí. Estuvo un buen tiempo detrás de mí, invitándome a salir, pero el tema de que era figura pública me hacía pensarlo dos veces. Entonces, llegó el día que por fin le dije: ‘ok, vamos a salir, vamos a cenar’, estaban unas amigas mías de visita. No quería ir sola con él, quería que vengan mis amigas porque me daba nervios salir solos, me desentendí toda la tarde y a las 10 de la noche le escribo y le digo: ‘ok, ya estamos listas, nos vemos en tal lugar’ y me dice: ‘ay perdón, como ya no me escribiste nada, ya hice planes con mis hijas y ya vienen para acá’. Y volvió a pasar un buen rato para volvernos a ver, se fue a Japón con Giancarlo (su hijo). Me mandaba mensajes subliminales en las redes sociales. Nuestra primera cita, estaba súper nerviosa y lo que rompió el hielo fue que le dijo a la mesera que era mi cumpleaños (yo cumplo en agosto, era mayo) y de repente llegó la mesera con un postre y la bengala y él cantándome Happy birthday, de hecho me grabó y yo crucé las manos como para pedir un deseo, me dio mucha risa y dije: ‘A este le vale, este es bien relajado, que bueno porque yo también’.

Carlos: Tengo mis grandes planes y me visualizo mucho, porque sí creo en visualizarte y creo mucho en decretar, lo hago constantemente, pero no me desanimo cuando las cosas no pasan como yo quiero porque he tenido muchas muestras por parte de Dios de que por ahí no iba. Estoy muy feliz, en este momento hay cositas pasando en nuestras vidas, hay momentos; o sea, no puedo estar plenamente feliz cuando sabemos que en el mundo hay muchas cosas que están fuera de nuestro control pero que no están bien.

Karina: Hay muchas cosas que están fuera de nuestro alcance y ojalá que fuera que siempre estamos felices y la gente a nuestro alrededor también y que nunca pasen cosas malas, que nunca pasen tragedias. Lo que sí podemos controlar es nosotros estar bien, tratar de estar felices, de tener una relación bonita y darnos felicidad.