La campeona olímpica Blanca Fernández Ochoa desaparece sin dejar rastro

Como en tantas ocasiones anteriores, la medallista olímpica española Blanca Fernández Ochoa, de 56 años de edad, salió de su casa el 23 de agosto lista para practicar senderismo. La campeona de esquí alpino es una enamorada de las montañas y no era inusual que buscara conectar con la naturaleza a través de largas caminatas o estancias más largas fuera de la ciudad. Hace una semana, cuando comentó a su hija Olivia sus planes de pasar algún tiempo en las montañas de la región norte de España, a nadie le pareció extraño.

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Tras no tener noticias de la ex atleta, que dejó su teléfono celular en casa, la familia alertó a la policía de su desaparición. El domingo 1 de septiembre se encontró el auto de Blanca, abandonado en las montañas a las afueras de Madrid. “Yo creo que está en el área favorita de la familia”, dijo su hermana Dolores a la prensa con la voz quebrada por la emoción. “Estoy segura de que ella decidió ir allí y algo le ha sucedido. No contemplamos otra hipótesis. Estamos muy tristes hoy pero queríamos agradecer a  todo el mundo el enorme esfuerzo que están haciendo para encontrar a Blanca y el gran cariño que le están demostrando”.

Olivia y David, hijos de Blanca, esperando noticias de su madre

A pesar de que algunas fuentes cercanas a la deportista habían declarado a los medios que Blanca, quien residía con su hermana Dolores tras vender su casa, estaba atravesando momentos difíciles, la familia ha negado esta información.

La búsqueda de la estrella deportiva se ha retomado hoy y parece ser que David, el hijo de Blanca, de 19 años de edad, se unirá al equipo de voluntarios.

La atleta, que ganó una medalla de bronce en las Olimpiadas de Invierno 1992 en Albertville, proviene de una familia de deportistas. Su difunto hermano Francisco también ganó una medalla de oro en Sapporo en la categoría de eslalon especial.