Reina Camilla de Reino Unido

Carlos de Inglaterra siempre dejó claro que su relación con Camilla "no era negociable". A pesar de la polémica que provocó su relación, la pareja acabó casándose el 9 de abril de 2005 en una ceremonia civil privada celebrada en el Ayuntamiento de Windsor tras haber recibido el consentimiento de la reina Isabel II. Una vez convertidos en marido y mujer, Camilla recibió el título de duquesa de Cornualles y tras la ascensión al trono de su marido se convirtió en reina consorte

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Camilla Rosemary Shand, a quien todo el mundo acabaría conociciendo como Camilla Parker Bowles debido a su primer matrimonio y mas tarde como la reina Camilla, nació en Londres el 17 de julio de 1947. Estudió en Londres y completó su educación en Suiza y Francia. Nieta de Lord Ashcombe, creció en una finca rural de Sussex, disfrutando del aire libre, de una infancia y una juventud felices al calor de un hogar.

Camilla conoce al principe Carlos

La reina Camilla conoció al entonces príncipe de Gales, Carlos, en la década de los años setenta cuando ambos eran veinteañeros. A él le gustó Camilla desde el principio, era simpática, divertida y espontánea, distinta a todas las novias que le adjudicaban. A ella le costó un poco más enamorarse, pero disfrutaba de su compañía y comenzaron una relación. En 1973 rompieron y nunca se supo el motivo quizá ella se agobió al ver que de seguir juntos le esperaría un futuro como consorte real y ella no cumplía con los requisitos que la Casa Real imponía a la prometida del heredero. Camilla Rosemary Shand era católica y no anglicana, era libre, con experiencia en la vida y poco conveniente para el futuro Rey.

Su matrimonio y sus hijos con Andrew Parker Bowles

Carlos de Inglaterra sabía que su posición implicaba ciertos sacrificios que pasaban por encontrar a la princesa perfecta que contentara a todos. Ante ese panorama decidió embarcarse con la Marina Real en una gira por el Caribe. Por su parte, Camilla se reencontró con Andrew Parker Bowles, muy metido en los círculos royals, quien tuvo un romance de juventud con la princesa Ana y jugaba al polo con el entonces heredero. Se casaron en julio de 1973 y tuvieron dos hijos Tom y Laura. El amor se acabó tras 22 años de convivencia y en 1995 se divorciaron.

Mientras, el primogénito de Isabel II encontró a la que a todas luces era la perfecta Princesa de Gales: Diana Spencer, que tenía 19 años cuando se comprometió y provenía de una de las tres familias más nobles del Reino Unido. Se casaron en 1981 y poco después dieron la bienvenida a los príncipes Guillermo y Harry. El matrimonio hizo aguas casi desde el principio y se rompió definitivamente cuando salió a la luz la relación secreta que Carlos había retomado con la ya conocida entonces como Camilla Parker Bowles aunque no se divorciaron hasta 1996.

El accidente de tráfico que lo cambió todo

Solo un año después, Diana de Gales moría en un accidente de tráfico en París y las posibilidades de que Carlos y Camilla formalizasen su relación eran tan remotas que parecían inexistentes. Reino Unido estaba sumido en un profundo luto por la trágica desaparición de su Princesa y Camilla se convirtió en la villana nacional, en la mujer que tanto había hecho sufrir a su adorada Diana.

Comenzó entonces una campaña de relaciones públicas para dar a Camilla el sitio que Carlos quería darle. En 1999 se publicó la primera imagen pública juntos, a la que siguieron muchas más hasta que el 9 de abril de 2005 cuando él tenía 56 años y ella 57 se casaron por lo civil en el Ayuntamiento de Windsor. Le siguió una bendición en la Capilla de San Jorge del Castillo. Fue así como se convirtió en duquesa de Cornualles y entró, por fin, muchas décadas después en la Familia Real británica.

Durante esos años como esposa del primero en la línea de sucesión al trono se centró en actividades relacionadas con las Fuerzas Armadas, las artes, el feminismo, la violencia doméstica, la osteoporosis -su madre murió víctima de esta enfermedad- y la lucha para erradicar las agresiones sexuales.

Antes de morir y coincidiendo con los 70 años de Isabel II en el trono, la monarca expresó su deseo de que “Camilla sea conocida como Reina consorte mientras continúa con su leal servicio”. Tras el fallecimiento de la soberana británica, Carlos subió al trono de forma automática y meses después se fijó la coronación, en la que Camilla, con 75 años, también sería bendecida, ungida y consagrada junto a su marido con la histórica corona de la reina Mary de Teck.