Helena Rubinstein

De una granja de ovejas en Australia pasa a tener catorce fábricas de cosméticos, miles de puntos de venta y 40.000 empleados a finales de los años cincuenta. Poco antes de su muerte, en 1956, confesaba: "Quisiera que el negocio durase por lo menos trescientos años más".

22 Octubre 1900 - 1 Abril 1965

Página oficial: http://www.helenarubinstein.com
Horóscopo : Libra

Fue una de las pioneras de la cosmética. Helena Rubinstein nunca lo tuvo fácil, ni siquiera al nacer. Vino al mundo el día de Navidad de 1872, la mayor las siete hijas de una familia judía del guetto de Cracovia (Polonia). Ni corta ni perezosa, y con sólo 20 años, Helena se embarca camino de la lejana Australia, que por aquel entonces no era precisamente un destino tentador, especialmente considerando que la joven iba a vivir con un tío materno en una lejana y aislada granja de ovejas en un diminuto pueblo. Aburrida, le ofrece su ayuda al boticario de la ciudad para crear fórmulas, pociones y unguentos.

Muchas mujeres le preguntan por la crema que mantenía su tez tersa a pesar del árido clima australiano, una fórmula original de los hermanos Lykusky, unos amigos de la familia de Cracovia. La hidratante, a la que llamaron Valaze, tuvo tanto éxito que hasta le dedicaron espacio en la prensa. Y con ello no sólo consiguió publicidad, sino también marido: en 1907 se casaría con Edward Titus, uno de los periodistas que la entrevistaron sobre su crema milagrosa.

El éxito comienza a sobrepasarla, y pide ayuda a los Lykusky, que también se mudan a Australia. Pronto reúne el dinero necesario para abrir un centro de belleza al que llamará Valaze, como su famosa crema. Mientras una de sus hermanas se hace cargo del mismo, ella dedica dos años a viajar por Europa para ampliar más sus conocimientos sobre dermatología, estética, química y belleza.

Con sólo 30 años, su vida ha dado un vuelco brutal, pasando de ser una joven emigrante a una sofisticada, elegante ¡y rica! mujer de negocios, que no duda en ampliar sus horizontes y abrir un tercer centro de belleza en Paris. Allí entra en contacto directo con el mundo del arte, del que se convierte en patrona y coleccionista, una pasión que mantendrá durante el resto de su vida.

El inicio de la I Guerra Mundial marca el traslado de la familia a Estados Unidos, donde compite con otras figuras legendarias de la cosmética como Elisabeth Arden o Charles Revson. Su negocio sigue viento en popa, e incluso resulta una de las pocas beneficiadas del crack bursátil del 29. El éxito empresarial, sin embargo, no se corresponde al sentimental: se divorcia tras 19 años de matrimonio, aunque dos años más tarde se convierte en Princesa gracias a su matrimonio con el príncipe georgiano Atchill Gourielli.

Muere, convertida en un mito, en 1956 cuando todavía hacía el seguimiento de sus negocios personalmente.