Andrea Jung

A base de esfuerzo consiguió lo que muchas mujeres sueñan: llegar a ocupar un cargo directivo en una gran multinacional como Avon. Por eso ha llegado a ser considerada una de las mujeres más influyentes en el mundo de los negocios en Estados Unidos.


A sus 47 años, es la cabeza visible de Avon, una de las mayores empresas cosméticas del mundo, en la que ha llevado a cabo una tremenda reestructuración, con el fin de adaptarla a los nuevos tiempos, desde su llegada.

Graduada en filología inglesa, decidió especializarse en marketing y pronto desembarcó en esta empresa estadounidense, en la que fue labrando su camino, ascendiendo después de pasar por varios puntos del organigrama de la compañía. En 1997, esta norteamericana de origen asiático logró convertirse en presidenta y directora de operaciones de la firma. Tras dos años ocupando ese puesto, finalmente consiguió lo que ninguna mujer había logrado hasta entonces: llegar a ser la presidenta y directora de la firma, cargo ocupado por una mujer por primera vez en 116 años de historia. Tal vez ése sea el motivo por el que aparece en los primeros puestos de varias listas de las personas más ricas e influyentes de Estados Unidos, rodeada, por cierto, de muchos caballeros.

Desde entonces, se propuso dar nuevos aires a la compañía, abogando por su modernización. Y el proceso fue ambicioso, pues se propuso poner en marcha una estrategia comercial para incrementar las ventas. Así, apostó por renovar el packaging, aumentar significativamente el gasto en investigación y desarrollo, contratar como [imagen de la firma a las hermanas Venus y Serena Williams], comercializar productos también en tiendas y buscar un hueco a la firma en Internet.

Pese a las novedades, mantiene la esencia de la firma: "Nadie tiene la relación directa con los consumidores que Avon tiene con millones de mujeres". Además, está plenamente implicada en la campaña de la firma contra el cáncer, que ha cristalizado, según Jung, en más de 16 millones de dólares para la causa.

Contrajo matrimonio con Michael Gould, otro hombre de negocios presidente de los almacenes Bloomingdale"s, con el que tuvo un hijo que hoy tiene cuatro años, aunque se separó posteriormente.

Parece que el destino estaba escrito para esta mujer emprendedora que confiesa que, de niña, ya jugaba a maquillarse con productos Avon.